Los amores oscuros: Manuel Francisco Reina; Madrid, Planeta 2012; 604 pp.
Cuando
Esta novela, cuyo título parafrasea uno de los más hermosos y enigmáticos libros de Lorca, los Sonetos del amor oscuro, nos introduce de lleno en la vida de Lorca, poeta, hombre y sobre todo amante. En ella se nos cuenta, con una prosa brillante, sencilla y muy emotiva, un episodio oscuro y poco conocido de la vida de nuestro autor. Se trata del apasionado amor que vivió durante los últimos años antes de su asesinato, aquél que le inspiró los maravillosos versos de sus Sonetos del amor oscuro, un ser real, que, pasado el tiempo, nonagenario ya, rememora su perdida pasión.
Entonces, el lector conoce sus encuentros, las dificultades vividas durante los duros y trabajosos años 30, la exultante alegría, dinamismo, y entusiasmo activo del poeta, la ebullición cultural de la capital de España, y los primeros envites de lo que más tarde será conflicto y miseria.
Nombres como los de Raquel Meller, Sánchez Mejías,
El autor, de Jerez de
Se trata de un libro ameno, muy bien documentado por su autor, que nos desentraña, mostrándolos, cada uno de los lugares comunes visitados por los seguidores del poeta, colaboradores de su hazaña cultural, y que lo hacen afirmarse como un ser optimista, amistoso, culto, activo, emprendedor, valiente, sincero, creativo y pieza clave del movimiento cultural de la época. Ello lo puso desde el principio en el punto de mira que habría de acabar tan trágicamente, ya que a pesar de las advertencias, de la cantidad de amistades que cuidaron de su vida, García Lorca fue tocado por el “fátum” irremediable de un final ineludible: su propia muerte que nos dejó huérfanos de autores tan necesarios como él.
La novela deja, eso sí, un poso de amargura transmitida por el personaje, que se siente culpable de la muerte del poeta, ya que éste decidió el exilio mexicano, pero lo pospuso para esperar a que su amante, aún menor de edad, recibiera la potestad de sus padres. No obstante, prevalece un sentimiento hermoso, el del encuentro con un personaje verdaderamente humano, cercano, que nos enseña que la pasión y la valentía de vivirla a pesar de los inconvenientes, bien merece ser contada y que además, nos da una actitud más comprensiva si cabe cuando, tras la lectura de este libro, nos enfrentamos a los Sonetos del amor oscuro, ahora sí con la imagen del receptor de los mismos, Juan Ramírez de Lucas, en sus propias palabras: “el último amor de Lorca y, tal vez, la razón de su muerte”.
Por Charo Calvellido, Profesora de Lengua y Literatura del IES Isla Verde.
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