Reseña de CINECLUB

Cineclub : David Gilmour; Barcelona, Mondadori 2009; 249 pp.

  CINECLUB, UNA EDUCACIÓN CINEMATOGRÁFICA

... No creía que durara ni cuatro días de lavaplatos. Pero, como ocurre a menudo con los hijos, me equivoqué de nuevo. Crees que los conoces mejor que cualquier persona, después de todos esos años subiendo y bajando la escalera, arropándolos, triste, feliz, despreocupado, inquieto, pero no es así. Al final, siempre tienen algo en el bolsillo que no imaginabas.

Hay ocasiones en las que la Literatura nos sorprende gratamente, como un soplo de aire cálido en un frío invernal. Cuando acabamos un libro que nos ha gustado, nos sentimos huérfanos y ansiosos de que un nuevo libro, igual o mejor que el anterior lo adopte sin preguntas y lo lance de lleno a la seguridad de la lectura confortable.
Así me ha ocurrido a mí con este " Cineclub ", un cálido soplo reconfortante y vital que empecé sin grandes expectativas debido a mi desconocimiento sobre el autor.

Estamos ante una novela poco conocida y aún menos convencional. David Gilmour, novelista, crítico de cine y periodista canadiense, cuenta en ella una experiencia propia, la de la decisión tomada por él mismo respecto a la educación de su hijo,
" descarriado " durante su adolescencia.
Jesse, es un chico de apenas 16 años que se siente desorientado, con poco interés por el estudio, algo perdido entre el alcohol y las drogas, eso sí entusiasmado por la música y con un gran deseo de encontrar. Su padre, el propio David Gilmour, decide proponerle un plan que ni él mismo sabe si concluirá con éxito: su hijo puede abandonar el Instituto, quedarse en casa, levantarse tarde, eso sí, están prohibidas las drogas y el alcohol y ha de ver al menos tres películas a la semana propuestas por su padre.
Empieza entonces una vertiginosa aventura educativa que nos muestra con entusiasmo el mundo revalorizado de todo tipo de películas que ellos, durante tres años, van viendo y comentando juntos. Se trata de un repaso personal por la Historia del cine que no nos dejará indiferentes.
Lo que empieza como un tímido proyecto de poca expectativa, se convierte en un expectante cuento hacia el fondo de cada personaje. El hijo se desarrolla y madura poco a poco, conforme las películas que va viendo dejan una huella que él sabe apreciar, aplicando cada mensaje de éstas sobre su propia existencia. Divirtiéndose además mientras las ve.
Por su parte, el padre llega a sí mismo y a su hijo a través de un diálogo ininterrumpido que se convierte en un encuentro entre ambos cada vez más intenso, y todo ello sin caer en sentimentalismos, sin recurrir a la convención o a la emotividad, ya que " Cineclub ", es una novela que nos provoca la risa ( cuenta multitud de anécdotas curiosas y desprendidas sobre la vida de los dos personajes ), que no dejan de divertirse mientras buscan.
Paulatinamente, el lector se hace con estos dos personajes verdaderamente entrañables que se muestran a través de diálogos fluidos y comentarios agudos.
Entre las películas, un interesante canon, de autores y géneros tan dispares como imprescindibles: " El padrino ", " Annie Hall ", " Los cuatrocientos golpes ", " Lolita ", " El resplandor ", " Reservoir Dogs ", " Malas calles ", " Con la muerte en los talones".. y muchas más.


Muy interesante es la evolución experimentada por el personaje del hijo, que al final de la novela se convierte en adulto, del mismo modo se produce el desarrollo evolutivo del padre que al fin ha de dejar marchar al hijo, con quien ha pasado un tiempo irrecuperable pero pleno y rico.
Buen libro, que nos enseña que a veces una educación alternativa puede ser mucho más efectiva que dejarse llevar por la desmotivación y la asunción de la derrota ante lo impuesto y que nos abre los ojos a los padres sobre la importancia del tiempo compartido, ya que nuestros niños crecen y lo que prevalece al fin es la memoria del tiempo que hemos vivido con ellos, compartiendo y compartiéndonos.
Lo dice el autor al fin:  Él dejó atrás el cineclub y, en cierto modo, me dejó atrás a mí; dejó atrás el hecho de ser un niño para su padre... No estoy seguro de por qué lloré; por él, supongo, por el hecho de que él existiera, por el carácter irrecuperable del tiempo. Y mientras tanto aquellas palabras de "Amor a quemarropa” se repetían una y otra vez en mi cabeza:¡ Eres genial, eres genial, eres genial !
La vida y la manera de enfrentarla sí que son geniales en este libro.
                          Por Charo Calvellido (Profesora de Lengua castellana y Literatura del IES Isla Verde).